lunes, 29 de diciembre de 2008

Lunchera y Bolsita






¿En qué guardaba la gran cantidad de muñequitos que tenía? Principalmente en esta pequeña bolsita que imitaba a las bolsas de hacer las compras de antes. También en esta lunchera Disney Express, de principios de los años 70. Está super-oxidada, pero sobrevivió. Una antigüedad preciosa.

Plaza Sésamo



Recuerdo que estos me los compraron en la juguetería Colón, para Navidad. Mi vieja decía que era un regalo chico. Pero había salido caro. Siempre estos muñequitos eran caros, por ser importados. Pero yo estaba chocho. Sólo tuve estos tres de la primera foto. A los otros dos me los regaló mi amigo Rafa, de España.

Títeres Yolly Bell












La ceremonia era así: Dos sillas con respaldo, separadas a 50 cm, entre sí. Una escoba sobre los respaldos y, sobre ella, caída hacia adelante, una toalla grande. Ese era mi teatro de títeres. Representaba las obritas para mi vieja (que seguramente seguiría cocinando, mientras), pero a partir de los 10 años, tuve como público fiel a mis sobrinos.

Manolito y Guille


Son de cerámica. Me encantan. Se los compré a un artesano que pasaba por la plaza de San Telmo. Sólo tenía a estos dos. Esperé encontrármelo nuevamente, pero no lo vi más. Quería tener por lo menos a Miguelito, que era mi favorito. Cuando era chico se vendían los personajes de Mafalda en muñequitos de madera de 15 cm. Tenía dos o tres, pero se rompieron o se perdieron.

Hipopótamo sacapuntas


Me lo regalaron cuando era chico y lo amaba.

Bob Esponja

Peluche de Nickelodeon, tamaño almohadón

Este me lo regalaron, no sé de su procedencia...



Lanzan agua por un "ujerito" muy chiquito. Venían en las "patitas" de pollo de no recuerdo qué marca.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Autitos

Quedan pocos sobrevivientes de mi enorme colección. Corrieron muchas carreras, tuvieron muchos choques y hasta caídas desde precipicios de un metro de alto.


Dodge Challenger, Matchbox, Made in England, 1975

Fire Chief, Matchbox, Made in England, 1976


BMC 1800 Piminf Arina, Matchbox, Made in England, 1969


Porsche, Matchbox, Made in England, 1973


Colección Jet, modelo Nº 2, Industria Argentina.


Mercedes Benz C111, Shinsei, a fricción, bastante averiado


Isuzu Fire Engine, de Tomica, Made in Japan, 1975


Camión francés de panadería, de Tomica, Made in Japan, 1977


Dragon Wheel, de Matchbox, Made in England, 1977
Volkswagen 1500, Aguti, Industria Argentina, 1978

jueves, 25 de diciembre de 2008

Mis discos


Viví mis primeros 10 años en Talcahuano y Corrientes, rodeado de teatros, librerías y disquerías. Cada vez que me mandaban a hacer alguna compra, allí me quedaba un rato, entretenido, entre mesas de libros o bateas de discos. Así fue como también perdí una vez la billetera de mi mamá, en 1977, emocionado por el lanzamiento del nuevo disco de Titanes en el Ring. Creo que pensé tanto en el mal gusto del que diseñó la tapa que, por eso, dejé caer la billetera.
Los primeros que tuve fueron los heredados por mi hermana, que tenían rondas infantiles, cuentos y canciones clásicas. El que más recuerdo es uno que se llamaba Canciones para niños, era de principios de los años 60. Perdí su tapa, pero me quedó la contratapa. Tenía canciones con personajes famosos de la televisión y la radio, como Nelly Beltrán, Eduardo Rudy, Pandeleche y Tatín (Tato Cifuentes). A su vez, contenía dos canciones del Capitán Piluso, en su primera época. Luego, comenzaron a llegar a mis manos los discos de María Elena Walsh. Canciones para mí, fue el primero. Me lo regalaron dos amigos de mis viejos: Miriam y Machingo. Sí, Machingo Abalos, el líder del conjunto folklórico los Hermanos Abalos, por eso está firmado. Tiene clásicos como "El twist del Mono Liso", "Los castillos", "Canción de la lavandera", "Chacarera de los gatos", "Calles de París" y "Canción de títeres". Otro que tuve fue Canciones para mirar, el mejor de María Elena, con temas como "El reino del revés", "La familia polillal", "Canción del pescador", "La pájara Pinta", "La vaca estudiosa", "Canción para vestirse", "Canción del jardinero", "Canción de Titina", "La mona Jacinta", "Milonga del hornero", "Canción de la vacuna" y "Canción del estornudo". También tenía Cuentopos para el recreo, que tenía cuentos infantiles de María Elena, con la orquesta de Oscar Cardozo Ocampo. Me daban un poco de miedo dos: "El diablo inglés" y "Angelito".


Otros discos que me encantaban eran los de Disney, que eran bastante lujosos. Adentro tenían ilustraciones y eran como libros de cuentos. Tenía tres: "Los tres cochinitos" (contenía la narración del cuento y las canciones), "Mary Poppins" y "Lo mejor de Walt Disney", que tenía dos discos con canciones de casi todas las películas. Recuerdo que era carísimo y fue todo un evento cuando me lo regalaron mis viejos.
Pero creo que el disco que más he escuchado en mi vida es el de Titanes en el ring. Mi familia estaba harta de escucharme cantar la canción de Pepino por el pasillo de mi casa. Calcaba las fotos, lo utilizaba como fondo en las luchas con mis muñequitos de Jack y sonaba una y mil veces en mi Wincofón. No sé qué pasó, pero lo perdí no hace mucho tiempo, en una mudanza. Para mi último cumpleaños, me lo regalaron mis amigos Corina y Fabián. Una emoción inmensa. Pocos lo entienden.
En el 72 me regalaron La carpa de Martín, que estaba basado en una especie de "spin off" de Titanes... Era malísimo, lo daban los domingos, y estaba centrado en el sueño de Karadagián de niño, de formar parte de un gran circo. Lo que más atraía de este programa era que participaban algunos de los luchadores, como actores, y había un gran cierre con un desfile por toda la pista. "Payaso de los zapatones", era una canción tristísima, pero me encantaba.

Uno de los primeros programas infantiles que recuerdo es La luna de Canela, conducido por una jovencísima Canela, que hoy en día hace un programa cultural espléndido por TN. Pero de la mujer que estuve perdidamente enamorado desde los seis años es Julieta Magaña. Tenía tres discos suyos, pero sólo conservo dos: "Hola, Julieta" y "Julieta en colores". La peculiaridad de este último es que el long play es de color celeste. Otro programa del que era un fanático enfermo es Margarito Tereré, de Waldo Belloso y Zulema Alcayaga, que conducía Jovita Díaz. Eran personajes-animales bien autóctonos, con ritmos tradicionales y folklóricos. Lo considero como uno de los mejores ciclos infantiles televisivos. Tenía dos discos. Me quedó el primero. El segundo se me perdió. Y otra conductora de tele a la que seguí de cerca fue Elvira Romei. ¡Qué mal que estuve cuando se puso en pelotas en la película Las barras bravas! Yo era un comprador fiel de la revista TV Guía y recuerdo que, en declaraciones suyas, decía que quería cambiar su carrera y dejar al público infantil. Sentí como que me habían pedido el divorcio. Me hacía eso justo a mí, que me banqué durante años su Magimundo... y además, Las canciones de Magimundo, que iban los fines de semana y me las sabía todas. La cosa es que tengo su disco pero, no sé cómo ni por qué, perdí la tapa.



Entre las películas que me volaron la cabeza durante los años 70 estaban Encuentros cercanos del tercer tipo y, mucho después, ET, el extraterrestre. Me compré con mis propios ahorritos esta banda de sonido de John Williams, que también tenía La guerra de las galaxias.


Ya confesé mi devoción por todos los productos García Ferré. Desde muy chiquito fue seguidor de El club de Hijitus, por la tele (lo recuerdo perfectamente); y después, de El mundo de Calculín. También me encantaba Petete, y vi en continuado, durante tres secciones seguidas, Petete y Trapito. Después la volví a ver dos veces. Me gustaba poner el disco de El mundo de Calculín en 33. Entonces uno descubría que la voz de Calculín era Blanquita Silván -también animadora del programa-. También perdí la tapa del disco de Petete y Trapito, que tenía casi toda la película, con guión y canciones.